Esta foto me la mandó una amiga que decidió conservar a casi todos los hijos de su perrita, y así crecen, alegres, en familia, jugando, moviéndose juntos por toda la casa, con las jerarquías ya establecidas. El varón mayor funciona como Alfa, eligiendo los mejores lugares para dormir o simplemente descansar, sin que nadie ose molestarlo, ya que hace sentir su autoridad sobre el resto, con un simple gruñido, marcando su dominio y espacio propio. Es increíble cómo puede distinguirse claramente la personalidad ya definida de cada uno, tal como si se tratara de un grupo humano. Hay uno que es el nietito de la gran dama, es el que está parado con las dos patitas sobre la reja, el más mimado por todos, al que se le tolera sus travesuras y sus ganas de jugar casi permamente. Si alguno de ellos llora salen todos corriendo a ver lo que sucede, e incluso avanzan en posición de ataque al que no pertenece a la familia - conviven con otros perros -, si justo se encuentra cerca, pensando que puede ser el responsable del llanto del miembro de la manada.
Cuando uno está en esa casa, no puede dejar de mirarlos, son fascinantes!.
De todo ello se pierden los criaderos que optan por encerrar a sus perros en jaulas o caniles, esa permanente interacción social y lúdica que pueden desplegar estando en libertad, y de poder respirar la felicidad que ellos experimentan y demuestran.
Saludos, Laura.
Cuando uno está en esa casa, no puede dejar de mirarlos, son fascinantes!.
De todo ello se pierden los criaderos que optan por encerrar a sus perros en jaulas o caniles, esa permanente interacción social y lúdica que pueden desplegar estando en libertad, y de poder respirar la felicidad que ellos experimentan y demuestran.
Saludos, Laura.
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